Cuando el río suena...

…últimamente he pensado en aquel dicho “Cuando el río suena es porque piedras trae” jajaja, no piensen en nada aún, dejen explicarme un poquito.

He pensado en esto porque creo firmemente que cuando vienen muchas aflicciones juntas haciendo un gran ruido a tu vida es porque tras ellas viene una gran avalancha de Bendiciones.

Sí, he preguntado a Dios el porque de tantas cosas tristes juntas y he llegado a la conclusión que Dios antes de enviar las bendiciones forma el carácter de la persona, cuando Dios comienza a soñar contigo llegan aquellas aflicciones que formarán al hombre o mujer de Dios con el carácter que Dios necesita para cumplir sus sueños y que no sean abortados a mitad de camino.

Este tiempo ha sido muy especial para mi, he aprendido a depender de Dios y renunciar a lo que yo quería para mi vida, todo aquello que soñé un día… Y cambiar mi realidad por la realidad que Dios quiere para mi, los nuevos sueños que Dios creó para que los viva de su mano, debo reconocer que en un comienzo no fue fácil, pero ya me amarré a sus brazos y Dios ha traído paz, se ha llevado el dolor y vivo libremente en Él.

He aprendido y me he dado cuenta que según de donde miremos las aflicción será cuan vencedores seremos y cuanta importancia tengan para nosotros las aflicciones será el tiempo que demoraremos en pasarlas. ¿Por que digo esto? Porque si miramos nuestros problemas desde nuestra pequeña, humana y limitada manera de pensar veremos un verdadero Tsunami, olas de muchísimos metros devastando nuestra vida. Pero cuando miramos nuestros problemas desde el cielo, desde los brazos del Padre veremos que las olas no son tan altas cuando miramos con la mirada celestial.

Le he quitado importancia a mis aflicciones y he decidido no hablarle a Dios de mis problemas sino que a mis problemas les hablo del Dios Todopoderoso que tengo por Padre, y que no existe nada más grande que Él. Y desde que comprendí esto es tan distinto todo, porque me gozo en cada uno de mis momentos sean buenos o no tanto. Aprendí a Gozarme en el Dios de mi Salvación y ha confiar plenamente en Él.

Lo importante de todo esto, es que no debes recordarte cuan difícil fue o quizás aún lo es, ¿Que tiene de bueno acordarse de lo malo? …no tiene sentido!; pero lo que debes recordar y procurar no olvidar jamás son todas aquellas cosas que Dios hizo, formó, transformó, cambió, sanó, restauró y moldeó en ti cuando estuviste en medio de la aflicción, recuerda el beneficio de parte de Dios y no las aflicciones. Y verás que al final del proceso, cuando ya hubo pasado la aflicción, Serás aquel hombre o mujer con el carácter que Dios necesita y ya estarás cumpliendo su sueño.

Y si el río suena… Es porque una avalancha de Bendiciones de parte de Dios trae!!

.